Ahíi las noches adquieren un nuevo significado frente a una taza de
humeante café (Quique: ¿Por qué siempre esta descompuesta la máquina para
hacer capuchinos?) o más comunmente de una fria cerveza (las "Bohemias son de ley"). Una vela encendida, complementa el espacio que por su oscuridad invita al romanticismo. No hay pareja que resista la tentación de un beso a la luz de las velas, mientras la música suave y la canción inteligente llena con sus notas el espacio.
Algunas veces, las mas, el ambiente adquiere un tono especial por el humo de los cigarrillos que no pueden escapar por el balcón. Bienaventurados los que estan en la sección de abajo porque sus pulmones respirarán mejor, pero quienes estamos arriba gozamos de una mayor interacción con el cantante.
Es imposible dejar de encontrar personajes inolvidables ahi (Miguel -el dueño-, los trovadores, Quique, los clientes frecuentes...) y en ocasiones alguna que otra sorpresa. Pero siempre la atmósfera especial del TRASGU convertira las noches en el reencuentro de almas, en la comunión de espíritus que se buscan y en esas noches, se reunen para compartir algo mas que simplemente música.
...el Trasgú es un espacio de meditación, reflexión, unión en el pensamiento y el sentimiento universal, por medio de la música y las letras del canto nuevo, la trova y la inspiración de los juglares del nuevo milenio...
Un agradecimiento especial a Gabriel,
que me introdujo de pleno en este mundo increible de la trova al invitarme por vez primera al TRASGU (eso ya
hace varios años. A el le agradezco tanto mi amor a la trova, como el amor de mi novia. Gracias.